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Agentes xilófagos

Los agentes xilófagos son los organismos (insectos, hongos, moluscos y crustáceos) que degradan la madera; la palabra xilófago procede del griego, compuesta por “xilo” que significa madera y “fago” alimentación. Al alimentarse de los compuestos de la madera, el agente xilófago provoca su degradación, disminuyendo sus propiedades físicas y mecánicas y por tanto sus prestaciones. Los agentes bióticos destructores de la madera pertenecen tanto al reino vegetal (hongos xilófagos) como al reino animal (insectos xilófagos y xilófagos marinos). La acción de los hongos se produce en la madera en contacto con el suelo, (postes, traviesas de ferrocarril, etc.), o por su humectación imprevista (cabezas de vigas en muros de fachada o baños). La acción de los insectos xilófagos se puede producir en una gran variedad de situaciones y de contenidos de humedad de la madera. Según su ciclo de vida y la forma de su ataque se distingue entre insectos de ciclo de larvario, insectos sociales y xilófagos marinos. Éstos últimos sólo actúan sobre la madera en agua de mar.

  1. Hongos xilófagos
  2. Los hongos son microorganismos del reino vegetal, de organización celular muy primitiva, que viven de forma saprófita (alimentándose de elementos muertos) o en forma parásita (alimentándose o creciendo de las sustancias de otros animales o vegetales con quien vive unido). Los hongos se detectan por un color anormal de la madera, la degradación que producen en la misma, su presencia física sobre la su superficie (en forma de micelios o de cuerpos de fructificación), un olor característico o por los insectos xilófagos cuyo ataque favorecen.

    Los hongos que se relacionan directamente con la madera son los mohos, los hongos cromógenos y los hongos de pudrición. Su ciclo biológico queda definido por las esporas, las hifas, el micelio y los cuerpos de fructificación.

    Las esporas de los hongos se encuentran en todas partes y en gran cantidad, y son arrastradas por el viento, el agua o los animales. Su ciclo biológico se inicia cuando encuentran unas condiciones favorables para su germinación (maderas con un contenido de humedad superior al 22%). De las esporas emergen las hifas, que son células muy finas, visibles al microscopio, que se introducen en la madera. Las hifas se alimentan de las sustancias de reserva del interior de las células y/o segregan enzimas que descomponen la pared celular permitiendo ser asimiladas por éstas, son las que degradan la madera. Las hifas van aumentando su tamaño y su número, y terminan formando lo que se denomina «micelio»; en donde se forman los cuerpos de fructificación, que son visibles y que vuelven a emitir esporas al exterior cerrando de esta forma su ciclo biológico.

    Los factores que tienen mayor influencia en el desarrollo de los hongos son la humedad de la madera, la temperatura del aire y la presencia de oxígeno. Otros factores con menor influencia son la acidez del sustrato, la composición de éste, la potencia reproductiva y el área de distribución. La humedad tiene una importancia vital para la fisiología de los hongos y es indispensable para la germinación de las esporas, la digestión de la madera por las enzimas, el transporte de las sustancias de alimentación y la realización de todas las funciones vitales. La humedad óptima se sitúa entre el 35 y el 50%, con un límite inferior del 20% - 22% y el superior del 175%.

  3. Insectos xilófagos
  4. Existen muchos insectos capaces de alimentarse de la madera y causar importantes daños a través de las galerías que realizan en los árboles en pie o recién apeados, pero solamente un número relativamente pequeño ataca las piezas de madera en servicio. Los insectos, de forma esporádica no causan problemas, pero cuando se tiene en cuenta su capacidad de reproducción y de reinfección pueden ser peligrosos. Los insectos se pueden clasificar por su ciclo biológico en insectos de ciclo larvario y en insectos sociales, entre los primeros destacan las carcomas y entre los segundos a las termitas. El ciclo biológico de cada uno de ellos es diferente.

Durante su ciclo de vida, los insectos cambian de forma a través de un proceso que se denomina «metamorfosis», pasando por cuatro estados sucesivos de desarrollo: huevo, larva, pupa e insecto adulto o imago. El tiempo requerido para el desarrollo de todos los estados se conoce com «duración de la generación», el cual es diferente para cada especie. Los estados de huevo, pupa e imago son por lo general de corta duración y varían desde varios días hasta semanas; el tiempo más largo del ciclo de vida corresponde al estado larvario, etapa durante la cual lleva a cabo la degradación de la madera para satisfacer sus necesidades alimenticias.

El ciclo biológico comienza cuando las hembras colocan sus huevos -muy pequeños e invisibles al ojo humano- en lugares protegidos de la madera (fendas, ranuras, orificios, etc.). De estos huevos nacen pequeñas larvas que comienzan a alimentarse de la celulosa, lignina y otros componentes de la madera, produciendo en ella galerías características a cada especie que pueden modificar las propiedades mecánicas de la madera. El tiempo que las larvas permanecen en el interior de la madera varía desde unas semanas hasta más de 10 años.

Cuando la larva se aproxima al final de su ciclo de vida, se acerca a la superficie de la madera, crea una cámara especial totalmente aislada y se empupa. Una vez completado el período de empupación, el insecto adulto o imago rompe la fina película de madera de la cámara, y sale al exterior en primavera. Los insectos adultos se aparean y la hembra vuelve a colocar los huevos en la madera comenzando de nuevo el ciclo.

El desarrollo de los insectos xilófagos está influido por diferentes condiciones, cuyas limitaciones dependen del insecto en cuestión. Las principales condiciones de vida son la especie de madera (existen insectos especializados en madera de frondosas, otros en maderas de coníferas y otros que atacan indistintamente a ambas); el contenido de humedad de la madera (algunos sólo atacan maderas secas, otros maderas muy húmedas y otros que atacan maderas con cualquier contenido de humedad); la temperatura (los insectos no pueden regular la temperatura de su cuerpo, por tanto dependen de los cambios que se producen en el medio ambiente); y la presencia de hongos de pudrición: (algunos de ellos van siempre asociados a los hongos). El tamaño y la forma de las galerías y de los orificios de salida junto con el tipo de serrín, la especie de madera y su contenido de humedad son las principales características que sirven para identificarlos, que se explica con más detalle en un anexo especial, al final del libro. Los principales insectos xilófagos de ciclo larvario que actúan en España son los siguientes:

  • Cerambicídos: Hylotrupes bajulus L. o carcoma grande.
  • Líctidos (Lyctus brunneus Steph y Lyctus linearis Goeze) o polilla.
  • Anóbidos: Anobium punctatum De Geer

Las termitas son una agrupación de individuos en la que los distintos tipos o castas, incapaces de vivir individualmente, desempeñan diferentes cargos o funciones en la colonia. El ciclo de vida de una colonia empieza con el vuelo en forma de enjambre de los individuos sexuados, que en ciertos días del año salen en gran cantidad del nido. Los individuos que constituyen una pareja buscan un lugar apropiado para el futuro nido, abriendo una cavidad (cámara nupcial) en la que realizan la copulación. Los huevos que pone la reina se convierten en ninfas que pueden dar lugar a 3 castas o individuos morfológicamente distintos: individuos sexuados, distinguiéndose los reyes alados (pareja real fundadora de la colonia) y los reyes secundarios o de sustitución; soldados, cuya misión es la defensa de la colonia; obreros, cuya misión es buscar alimento y alimentar a los demás individuos de la colonia, cuidar a la pareja real y construir, reparar y limpiar el nido.

Al principio el desarrollo de la colonia es muy lento. Con el aumento del número de individuos la velocidad de crecimiento se incrementa exponencialmente, pudiéndose comparar a un alud. Su desarrollo se realiza por mudas sucesivas. Los obreros descomponen la celulosa de la madera mediante ciertos flagelados multiciliados del tubo digestivo, que transforman la celulosa en azucares asimilables, alimentando al resto de la colonia (se denomina trofalaxia el intercambio de alimentos entre los individuos). Una característica curiosa es que devoran a los individuos muertos y a los mutilados.

Las termitas también se pueden alimentar de papel y de tejidos, y en su camino hacia las fuentes alimenticias pueden provocar daños a otros materiales que obstruyan su marcha. A veces construyen canales o tubos, fabricados con saliva, excrementos o partículas de tierra o de madera que les permite salvar cualquier tipo de obstáculos; estos tubos pueden estar adosados a muros de mampostería o colgar del techo. Excepto los individuos sexuados, las termitas (obreros y soldados) son ciegos. Su orientación por olfato, localizado en las antenas, está muy desarrollada. Los individuos dejan gotas de un compuesto sobre el terreno (feromonas) que muestran el camino hacia las fuentes de alimentación a los otros obreros. Su cuerpo no está pigmentado por lo que siempre huyen de la luz: la insolación directa mata a los obreros y soldados. El estado de las termitas teóricamente es inmortal, ya que no hay una obligación biológica para su muerte; y sólo pueden ser destruidas por una catástrofe o por falta de alimentos. La «juventud eterna» de la colonia de termitas se debe a la posibilidad de regenerar todas sus partes.

En España solamente actúan tres especies:

  • Reticulitermes lucifugus Rossi, en la península y Baleares.
  • Criptotermes brevis Walker, en Canarias.
  • Kalotermes flavicollis Fabr. Aunque el daño producido por esta especie es muy escaso. Al igual que el Criptotermes anida en la madera, a diferencia de la Reticulitermes.

La especie que produce más daños es el Reticulitermes lucifugus Rossi, cuyo nombre de lucifugus hace referencia a que, huyen de la luz. Su nido principal está en el suelo casi siempre fuera de los edificios atacados, en los que entran subterránea-mente pudiendo formar ahí nidos secundarios. La tierra les aporta la oscuridad, una temperatura moderada y humedad relativamente constantes. Una vez en la casa pueden interrumpir su comunicación con el nido principal, sin perjuicio para el desarrollo de la colonia. Su acción depende en gran medida del calor y de la humedad. La temperatura óptima está alrededor de los 30º C, y con temperaturas inferiores a 2ºC se paraliza. Para su desarrollo necesitan un cierto grado de humedad en el suelo y una humedad relativa del aire alta, (del 95 al 100 %). Durante su actividad se procuran constantemente tierra húmeda y la pegan en los canales que construyen o en las galerías que practican en la madera para garantizar la conservación de la humedad. Se alimentan de cualquier sustancia o material que contenga celulosa (madera, papel, tejidos, etc). En la madera abren galerías paralelas a la dirección de las fibras, dejando entre ellas tiras de madera sin degradar, con aspecto de «hojas de libro». Esto puede deberse a que les es más fácil alimentarse de la madera blanda de primavera, dejando intacta la madera más dura de verano. El espesor de la capa superficial que dejan intacta es muy reducido, de 1 a 2 mm. En ocasiones aparecen en el interior de la madera nidos de resistencia que se asemejan a masas de barro.

Esta especie no ataca a los elementos de madera móviles como hojas de ventanas y puertas y sólo en muy raras ocasiones atacan a los muebles. En ciertos casos construyen tubos o canales de pequeño diámetro (1-2 mm) y de pared gruesa, con deyecciones aglomeradas por secreción y tierra, que se endurece rápidamente al contacto con el aire. Estos tubos o canales sirven como vías de paso de una pieza de madera a otra.

La rapidez de su trabajo depende mucho de la humedad y tamaño de las colonias. Normalmente necesitan varios años para alcanzar destrucciones importantes en un edificio aunque existen casos muy rápidos, de 2 o 3 años.

La especie Criptotermes brevis Walker forma sus nidos en la madera seca. La colonia no suele ser numerosa, rara vez llegan a unos pocos miles de individuos. Las bandadas nupciales son muy esporádicas y se producen en el verano a última hora de la tarde y al principio de la noche. El alcance del vuelo es de mayor amplitud que el del Reticulitermes lucifugus. La pareja real es atraída por la luz, que es el principal motivo de su introducción en las casas. La pareja penetra en la estructura de la madera elegida para su futuro nido, perforando directamente la madera o entrando por las fisuras o fendas. Sus necesidades de humedad corresponden a un contenido de humedad de la madera del 15 %, que es el límite máximo para su ataque. Éste es reconocible por la falta de aglomerados en las galerías que practican. Las perforaciones de entrada están siempre tapadas por una secreción que forma una película fina, quedando así el orificio casi invisible. Es bastante difícil localizar sus nidos, solamente se advierte su presencia por sus excrementos, pelotitas alargadas que arrojan en cavidades antiguas en donde ya no vive la colonia o al exterior. La madera atacada presenta en su interior cavidades o cámaras unidas entre sí por túneles de sección circular con un diámetro que permite el paso del cuerpo de las termitas. El aspecto de la destrucción de la madera es muy parecido al causado por el Reticulitermes lucifugus. Es muy rápida actuando: destroza muebles en unos meses, y armaduras en uno o dos años.

Reticulitermes Lucifugus (Termita subterranea)

Esta especie de termita perteneciente a la familia Rhinotermitidae (Termitas saubterraneas). En esta familia, las colonias de termitas suelen encontrarse en el suelo, en nidos que las protegen de la desecación.

Para alcanzar las estructuras de madera situadas sobre el nivel del suelo, las termitas obreras construyen una especie de tuberías (con partículas de tierra y madera e incluso con sus propias heces, cementando todos estos materiales con una secreción gomosa).

Estas tuberías refugio pueden ser de varios tipos. Algunas son como conducciones anchas y aplastadas, que suben pegadas a los cimientos de piedra o cemento; este tipo suele ser utilizado para la comunicación entre galerías de trabajo y el nido. Otras tuberías cilíndricas , irregulares, se elevan desde el suelo con propósitos exploratorios. Otras son construidas hacia abajo, desde la madera hacia el suelo, y son más claras por tener más partículas de madera.

Las termitas subterráneas atacan principalmente la parte blanda y joven de maderas húmedas, haciendo túneles paralelos a la fibra.

Las nuevas colonias se forman generalmente por emigración de adultos alados. Las parejas después del vuelo nupcial pierden las alas y se aparean, buscando un lugar apropiado para anidar.

La hembra-reina, cuyo abdomen se agranda enormemente, se convierte en una máquina de reproducción de huevos y vive durante años. Los huevos eclosionan a los 20-25 dias y las ninfas asumen pronto sus tareas como obreras o soldados.

Los ejemplares reproductores, sexuados y con alas, no aparecen hasta el tercer o cuarto año.

Las colonias de termitas pueden estar compuestas por miles de individuos.

El hecho de que estos insectos dañen la madera se debe a que pueden digerirla, ayudados por enzimas o protozoos intestinales, además de alimentarse de los hongos que esta pueda tener.

El control de este tipo de insectos es más fácil si se adoptan medidas preventivas adecuadas (edificios con drenajes y ventilación, y mejor elevados sobre pilares; pesticidas aplicados al suelo, en cimientos y perímetro, como barrera protectora; utilización de maderas previamente tratadas con insecticidas, etc.).

El tratamiento curativo, una vez que se ha producido el ataque es más complejo, ya que hace falta destruir los nidos y tratar toda la madera afectada, eliminándola si es necesario, o estableciendo barreras químicas que impidan la continuación del ataque.

Este tipo de termita subterránea pude recorrer grandes distáncias para buscar su alimento, la madera; y como los adultos alados se ven raras veces, el ataque al edificio debe detectarse fundamentalmente mediante inspecciones periódicas de los cimientos para comprobar si existen tuberías desde el suelo hacia las estructuras de madera. En interiores, ampollas oscuras en las maderas son signos de ataque así como sonidos (a veces golpeando agudamente la madera puede provocarse una respuesta de las termitas soldados que a su vez golpean las cabezas contra las paredes de las galerías practicadas en la madera ).

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